Recordar, saber que existieron y aún existen juegos de antaño en los cuales hacías esfuerzo físico, interactuabas con tus amigos, te divertías disfrutando esos momentos con tus amigos. No habían tablets, smartphones o los diversos gadgets que hay hoy en día.
Sin embargo, recordar es volver a vivir esas costumbres de antaño, jugar con esos juguetes que los dejaste olvidado, uno de ellos es el trompo con la insaparable huaraca, este pequeño elemento hecho de madera con una punta de acero, en diversos tamaños, colores y materiales.
Ese juego con el cual podiamos divertirnos entre amigos, disfrutar un momento agradable haciendo bailar el trompo en nuestros tiempos libre, a la hora de recreo del colegio y juntar en el patio. Sin embargo, esta costumbre se ha ido perdiendo con el pasar de los tiempos, debido a la aparición de nuevos juegos, nuevos gadgets que reemplazan esa sensación de jugar con tus amigos y queda tan sólo reducido en una pantalla de 10 o 7 pulgadas.
No obstante, queda ese vació en los peruanos de chancar sus chapitas para ponerlo como soporte en la huaraca con la que hacías bailar el trompo. Recordar, esas jergas de niños, como hacer la voladita, esta chantado, esta carreta. También recordar, como suavizar la punta del trompo que por lo general venía muy afilada que cuando lo querías hacer bailar en tu mano era muy peligroso.
Esos momentos son buenos revivirlos, tu que esperas para buscar tu trompo o ir a la tienda y comprarte uno, y así recordar esa sensación de recordar tu niñez y dejar de lado todo lo tecnológico por un momento.
Esos momentos son buenos revivirlos, tu que esperas para buscar tu trompo o ir a la tienda y comprarte uno, y así recordar esa sensación de recordar tu niñez y dejar de lado todo lo tecnológico por un momento.
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